
DOMINGO II DEL TIEMPO ADVIENTO
(14 de Diciembre de 2025)
Semana de preparación:
Lunes 8 al Sábado 13 de diciembre de 2025

AMBIENTACIÓN E INVOCACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO
a. Saludo y acogida…
b. Signo: La Palabra de Dios, un cirio encendido y junto al pesebre experiencias de pequeñas comunidades y escuelita de la fe en adoración eucarística.
c. Canto inicial…
d. Oración de invocación del Espíritu Santo...
e. Testimonio de vida…
1. LECTURA: ¿Qué dicen los textos?
Lectura del libro de Isaías 35, 1 – 6a.10.
El desierto y el yermo se regocijarán, se alegrará el páramo y la estepa, florecerá como flor de narciso, festejará con gozo y cantos de júbilo. Le ha sido dada la gloria del Líbano, el esplendor del Carmelo y del Sarón.
Contemplarán la gloria del Señor, la majestad de nuestro Dios. Fortalezcan las manos débiles, afiancen las rodillas vacilantes; digan a los inquietos: Sean fuertes, no teman.
¡He aquí su Dios! Llega el desquite, la retribución de Dios. Viene en persona los salvará.
Entonces se despegarán los ojos de los ciegos, los oídos de los sordos se abrirán; entonces saltará el cojo como un ciervo.
Retornan los rescatados del Señor. Llegarán a Sión con cantos de júbilo: alegría sin límite en sus rostros. Los dominan el gozo y alegría. Quedan atrás la pena y la aflicción.
Palabra de Dios.
Salmo Responsorial 145, 6c-7. 8-9a. 9bc-10
R. Ven, Señor, a salvarnos
El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente,
hace justicia a los oprimidos,
da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R.
El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos. R.
Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad. R.
Lectura de la carta del apóstol Santiago 5, 7-10
Hermanos, esperen con paciencia hasta la venida del Señor.
Miren: el labrador aguarda el fruto precioso de la tierra, esperando con paciencia hasta que recibe la lluvia temprana y la tardía.
Esperen con paciencia también ustedes, y fortalezcan sus corazones, porque la venida del Señor está cerca.
Hermanos, no se quejen los unos de los otros, para que no sean condenados; miren: el juez está ya a la puerta.
Hermanos, tomen como modelo de resistencia y de paciencia a los profetas, que hablaron en nombre del Señor.
Palabra de Dios.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 2-11
En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, mandó a sus discípulos a preguntarle:
«¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?».
Jesús les respondió:
«Vayan a anunciar a Juan lo que están viendo y oyendo: los ciegos ven, y los cojos andan; los leprosos quedan limpios y los sordos oyen; los muertos resucitan y los pobres son evangelizados. ¡Y bienaventurado el que no se escandalice de mí!».
Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan:
«¿Qué salieron ustedes a contemplar en el desierto, una caña sacudida por el viento? ¿O qué salieron a ver un hombre vestido con lujo? Miren, los que visten con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salieron?, ¿a ver a un profeta?
Sí, les digo, y más que profeta; él es de quien está escrito: "Yo envío mi mensajero delante de ti, el cual preparará tu camino ante ti".
En verdad les digo que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan, el Bautista; aunque el más pequeño en el Reino de los Cielos es más grande que él».
Palabra del Señor.
2. MEDITACIÓN: ¿Qué me (nos) dicen los textos?
Las lecturas nos invitan a renovar la esperanza, fortalecer el corazón y salir con alegría a la misión. Isaías anuncia un tiempo de plenitud donde el desierto florece y los débiles son fortalecidos: “¡He aquí su Dios! Viene en persona, los salvará”. Próximos al jubileo de nuestra Diócesis de Garagoa, también nosotros contemplamos la fidelidad de Dios a lo largo de estos 50 años y sentimos su llamado a continuar la obra, llevando su consuelo y alegría, casa a casa, corazón a corazón.
El salmo proclama que el Señor sostiene al huérfano, liberta al cautivo y abre los ojos del ciego. ¿No es eso lo que queremos hacer al salir en misión? Anunciar con nuestras vidas que Dios reina, que camina con su pueblo y que no olvida a los pequeños.
Santiago nos anima a la paciencia activa, como la del campesino que espera con fe. Hoy se nos envía, como profetas, a preparar el camino del Señor.
Y Jesús mismo, al hablar de Juan el Bautista, nos recuerda que no hay mayor misión que anunciar su presencia. Que nuestras comunidades sean testigos vivos del Evangelio, portadores de alegría, justicia y misericordia. ¡Ven, Señor, a salvarnos!
3. CONTEMPLACIÓN: ¿Qué se me permite sentir, según los textos?. Entra en el sagrario de tu conciencia, que está allí en tu corazón y ten un encuentro íntimo con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.
4. ORACIÓN: ¿Qué me (nos) hace decir el texto?
Señor Jesús, esperanza de los que sufren y salvación de los que esperan, ven a florecer nuestros desiertos con tu presencia viva en la Eucaristía. Abre nuestros ojos, sana nuestras heridas, fortalece nuestros corazones cansados. Como Juan, también te preguntamos y tú nos respondes con obras de amor. Que seamos testigos de tu luz en medio del mundo, con fidelidad y alegría. Amén.
5. ACCIÓN: ¿A qué me (nos) compromete el texto?
PARA CONCLUIR…


