
SOLEMNIDAD SAN PEDRO Y SAN PABLO, APÓSTOLES
(29 de junio de 2025)
Semana de preparación: Lunes 23 de Junio al Sábado 28 de Junio

AMBIENTACIÓN E INVOCACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO
a. Saludo y acogida…
b. Signo: Sobre una mesa colocar un atril con la Palabra de Dios, un crucifijo, un cirio encendido, unas llaves y una roca.
c. Canto inicial…
d. Oración de invocación del Espíritu Santo...
e. Testimonio de vida…
1. LECTURA: ¿Qué dicen los textos?
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 12, 1-11
En aquellos días, el rey Herodes se puso a perseguir a algunos miembros de la Iglesia. Hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan. Al ver que esto agradaba a los judíos, decidió detener a Pedro. Era la semana de Pascua. Mandó prenderlo y meterlo en la cárcel, encargando su custodia a cuatro piquetes de cuatro soldados cada uno; tenía intención de presentarlo al pueblo pasadas las fiestas de Pascua. Mientras Pedro estaba en la cárcel bien custodiado, la Iglesia oraba insistentemente a Dios por él.
La noche antes de que lo sacara Herodes, estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, atado con cadenas. Los centinelas hacían guardia a la puerta de la cárcel. De repente, se presentó el ángel del Señor, y se iluminó la celda. Tocó a Pedro en el hombro, lo despertó y le dijo: "Date prisa, levántate." Las cadenas se le cayeron de las manos, y el ángel añadió: "Ponte el cinturón y las sandalias." Obedeció, y el ángel le dijo: "Échate el manto y sígueme." Pedro salió detrás, creyendo que lo que hacía el ángel era una visión y no realidad. Atravesaron la primera y la segunda guardia, llegaron al portón de hierro que daba a la calle, y se abrió solo. Salieron, y al final de la calle se marchó el ángel. Pedro recapacitó y dijo: "Pues era verdad: el Señor ha enviado a su ángel para librarme de las manos de Herodes y de la expectación de los judíos."
Palabra de Dios
Salmo responsorial Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9
R. El Señor me libró de todas mis ansias.
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R.
Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor,
él lo escucha y lo salva de sus angustias. R.
El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R.
Lectura de la segunda Carta de San Pablo a Timoteo 4, 6-8. 17-18
Querido hermano: Yo estoy a punto de ser sacrificado, y el momento de mi partida es inminente. He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe. Ahora me aguarda la corona merecida, con la que el Señor, juez justo, me premiará en aquel día; y no sólo a mí, sino a todos los que tienen amor a su venida.
El Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje, de modo que lo oyeran todos los gentiles. Él me libró de la boca del león. El Señor seguirá librándome de todo mal, me salvará y me llevará a su reino del cielo. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Palabra de Dios
Lectura del Santo Evangelio según san Mateo 16, 13-19
En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?"
Ellos contestaron: "Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas." Él les preguntó: "Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?"
Simón Pedro tomó la palabra y dijo: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo."
Jesús le respondió: "¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo."
Palabra del Señor.
2. MEDITACIÓN: ¿Qué me (nos) dicen los textos?
La Iglesia celebra la gran solemnidad de los dos apóstoles San Pedro y San Pablo columnas y fundamentos de la fe cristiana. Simón Pedro nació en Betsaida, era hermano de Andrés. Jesús caminaba junto al lago de Galilea, vio a estos dos hermanos lanzando la red para pescar en el lago, los invitó a seguirlo y les dijo: “Síganme y les enseñaré a pescar hombres”. Ellos inmediatamente dejaron sus redes y lo siguieron (Mt 4 18-19)
Los apóstoles iban siguiendo a Jesús, Él los instruía por el camino, al llegar a la región de Cesárea de Filipo, Él les dijo: “¿Quién decid que soy yo?”. Simón Pedro tomó la palabra y dijo: “Tú eres el Mesías del hijo de Dios vivo”. Jesús respondió: Dichoso tu Simón Pedro, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Yo te digo, tú eres Pedro y sobre esta piedra (kefa) edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán sobre ella. (Mt 16, 15-17)
Cristo edifica su Iglesia sobre la firmeza de la fe de Pedro, a quien le entregó las llaves del Reino de los cielos, le prometió el poder supremo, el primado del nuevo Reino, y le dijo: “Lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos; y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos” (Mt 16, 19). Jesús le pide a Pedro confirmar a sus hermanos en la fe cuando Jesús le pregunta: “¿Simón, hijo de Juan, me amas más que estos?” Pedro le contestó: “Si, señor, Tú sabes que te amo”, Jesús le dijo apacienta mis ovejas (Jn 20, 15). Le confía la misión de confirmar la fe en la Iglesia con la predicación, el testimonio y el martirio, cuando le dijo: “pero cuando seas viejo extenderás tus manos y otro la sujetara y lo llevará a donde tú no quieras” (Jn 20, 18).
El apóstol Pablo quien antes se llamaba Saulo nació en Tarso la capital de Cilicia (Turquía), perteneció a la gran escuela del Rabino Gamaliel, donde fue educado en el conocimiento de las Sagradas Escrituras del Antiguo Testamento. Pablo consideraba que las enseñanzas de Jesús eran unas tradiciones religiosas que amenazaban el judaísmo, por eso emprendió la lucha y persecución contra los discípulos de Cristo. Yendo camino a Damasco a buscar a los cristianos para llevarlos presos por la causa de Cristo; una luz brillante lo hace caer en tierra y entonces escucha una voz misteriosa; “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”, el futuro apóstol responde: ¿quién eres Señor? Desde entonces Pablo se convierte a Cristo, se hace apóstol de los gentiles, y se fue anunciarlo vigorosamente, buscando que conocieran al Señor crucificado y resucitado, lo acepten, lo acojan y glorifiquen, al Dios verdadero en quien esta puesta la vida y la salvación.
Los apóstoles revestidos de la fuerza de Espíritu Santo salieron a evangelizar; Pedro a los judíos y Pablo a los gentiles, obedeciendo al mandato de Jesús: “Hagan discípulos en el mundo entero y anuncien la alegría de la salvación”. (Mt 28, 18)
3. CONTEMPLACIÓN: ¿Qué se me (nos) permite ver, del Padre por medio de Jesús en el Espíritu Santo y la realidad, a partir de los textos?
4. ORACIÓN: ¿Qué me (nos) hacen decir los textos?
Gracias, Señor, por confiar a tu Iglesia la tarea de ser la luz del mundo y la sal de la tierra. Que, bajo la protección y el amor de la Virgen María, podamos cumplir con valentía y fe la misión que nos has encomendado. Amén.
5. ACCIÓN: ¿A qué me (nos) compromete el texto?
PARA CONCLUIR…
